Pareciera que atrás quedaron los inventos al jugar, hacer que una caja de cartón fuese un fuerte de batalla, o correr por el jardín evitando ser alcanzado… ahora los niños prefieren tener el último dispositivo tecnológico entre las manos, ya sea un celular, un iPad, un PlayStation, un Xbox o una computadora. Por supuesto, esto es algo que preocupa a todos los padres, muchos de ellos no saben cómo manejar la situación. ¿Prohibirles el uso o darle rienda suelta a la tecnología? ¿Cuál es la medida suficiente? Y ¿Cómo deberían actuar los padres? Aquí te planteamos algunas ideas al respecto.
La preocupación:
Los niños de nuestra era son niños hiper-estimulados por la tecnología y los medios de comunicación. Los vemos como se sientan en la computadora y aprenden a manejarla en cuestión de segundos; no tienen ningún tipo de dificultad en interactuar con la tecnología. Y es bueno verlos desarrollar su inteligencia de una manera abrumadora, pero por otro lado muchos especialistas se preocupan de que esta sobre-estimulación pueda traerles efectos negativos, como trastornos en la conducta. Los niños que pasan todo el día conectado a algún “gadget” suelen tener un patrón de personalidad; a estos niños se les nota más ansiosos y más estresados. También existe cierto riesgo de sedentarismo y obesidad.
Otro punto que preocupa es que al mismo tiempo que aprenden a navegar por internet de forma veloz, se descuidan otros aprendizajes propios de cada edad. Para entender mejor esta problemática se realizó una encuesta a 2200 madres de Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa, y allí demostró que 19% de sus niños podían utilizar una aplicación de un teléfono inteligente, pero solo 9% era capaz de atarse los zapatos; 25% de los niños sabía abrir una ventana de navegador contra 20% que aún no sabía nadar sin ayuda.
Lamentablemente los padres son quienes tienen la mayor parte de culpa. Muchos de ellos dedican tanto tiempo al trabajo que no están pendiente de lo que hacen los hijos, o también se han visto muchos casos en donde en una reunión social o en una sala de espera el niño comienza a exigir atención, se está portando mal y la mamá al no saber cómo controlarlo le enciende el iPad y lo pone a jugar con él, ya que saben de antemano que esto lo tranquiliza y lo distrae. Pero esto no es lo correcto. Mejor sería que la madre le enseñe a jugar un juego tradicional, se ponga a cantarle una canción o a contarle un cuento. Los padres son los que deben enseñarles a sus hijos a ser creativos en los juegos.
Los especialistas coinciden en que la tecnología es necesaria para los niños, incluso educativa. Ellos no pueden vivir aislados de las evoluciones que hay en la sociedad en la que viven. Pero si es imperante que los padres controlen la cantidad de uso que le dan a la misma. Por ejemplo, permitirle al niño que juegue videojuegos solo los fines de semana, acostumbrarlos a que entre semana se estudia, se practican deportes, u otros pasatiempos.